Solo una de cada cuatro compañías en España tenía identificados los riesgos geopolíticos con anticipación y contaba con una lectura y análisis de su impacto potencial en el negocio. Así lo reflejan los resultados del informe “La gestión del riesgo y las crisis en clave geopolítica que ha llevado a cabo Hill+Knowlton Strategies España, en el que han participado más de una veintena de empresas nacionales e internacionales que operan en nuestro país.  

Los datos obtenidos ponen de manifiesto que, ante una realidad geopolítica cada vez más volátil y sujeta a cambios impredecibles, las organizaciones necesitan de una preparación más efectiva y agilidad para comprender el entorno, interpretar las dinámicas derivadas de los nuevos escenarios geopolíticos y acceder a información constante y actualizada. Una conclusión que se evidencia en el hecho de que, una tercera parte de las compañías admite que habría necesitado de más prospectiva y capacidad de interpretación de los riesgos y escenarios de crisis para la toma de decisiones empresariales, aun contando con información de los mercados en los que opera.

La geopolítica, un factor que acelera y tensiona los riesgos “clásicos”

La principal consecuencia que el contexto geopolítico ha tenido en el negocio de las compañías, durante 2022 y el primer semestre de 2023, ha sido el incremento de afectaciones en la cadena de suministro y en los procesos de producción. Preguntadas por cuáles han sido los factores de mayor impacto, un 74% coincide en señalar el encarecimiento de las materias primas, la indisponibilidad de alguna de ellas y el aumento del precio de la energía.

Los nuevos escenarios geopolíticos han puesto sobre la mesa riesgos que parecían estar relativamente bajo control o muy delimitados, en unos mercados que el 62% de las empresas coinciden en señalar como bastante o muy volátiles. Esto puede explicar, en parte, que durante el pasado 2022, la principal preocupación para el 40% de las compañías fuera la amenaza de cambios regulatorios o en las relaciones comerciales que condicionaran la evolución del negocio fuera. De hecho, un 60% reconoce que las tensiones entre países les han obligado a examinar y adaptar sus estrategias y actuaciones, mientras que cerca de la mitad tuvo que revisar su presencia y operaciones en determinadas regiones debido a la conformación de nuevos centros de poder.

Con la vista puesta en los próximos cinco años, los riesgos geopolíticos y vinculados a la incertidumbre económica, junto con los medioambientales y tecnológicos, se sitúan como prioridad para las compañías a la hora de asignar recursos. En relación con este punto, destaca el hecho de que, a pesar de que un 48% reconoce que destinó más recursos de los previstos inicialmente a gestionar eventualidades derivadas de la geopolítica, sólo un 19% afirma haber asignado una cantidad superior para este 2023.

A la luz de los resultados de la encuesta y percepciones de los participantes, la prospectiva y la capacidad de análisis e interpretación se convierten en claves para la gestión proactiva del riesgo por parte de las organizaciones. A ello se le suman la necesidad de contar con información fluida y datos actualizados procedentes de los mercados en que operan, en la media en que esto les permite tomar decisiones bien informadas.

En este sentido, las compañías coinciden en señalar que la contratación de asesores externos para comprender el entorno geopolítico y de servicios para el análisis y evaluación constante de riesgos, junto con la definición de nuevos procedimientos internos y comités ad-hoc, han sido las tres medidas más relevantes para afrontar los desafíos derivados del entorno geopolítico. Preguntadas por las fortalezas con las que deben contar las organizaciones para atenuar los potenciales impactos en sus operaciones, sitúan como destacadas un marco mental flexible y ágil, la monitorización constante de los riesgos emergentes y la implementación de protocolos de prevención y respuesta sólidos.

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